jueves, 10 de mayo de 2012

1. La Escatología




La escatología, término derivado del griego σχατος, (último), es el conjunto de creencias relativas al fin del mundo. Tema presente en todas las religiones formando un poso de pesimismo donde se mezcla el miedo, la violencia y destrucción.
Está relacionado con la literatura profética y apocalíptica. Escritores apocalípticos como Enoc y su “Libro de los Jubileos”, Baruc “Testamento de los Doce Patriarcas” y Ezra y profetas e iluminados utilizando un lenguaje críptico y lleno de simbología difundieron en el mundo una idea de devastación final en la cual los pecadores encontrarían la pena eterna.
El concepto mesiánico lo incorporo Juan en el “Apocalipsis” de donde arrancan las señales que preceden a la batalla entre Dios y Satán, la apertura del Séptimo Sello que derramara sobre la tierra desgracias y plagas de todo tipo, la fiera que surge del mar que representa al Anticristo, y la que surge de la tierra, la resurrección universal de los muertos, el establecimiento del reino anunciado y el retorno de Dios a la tierra; desde el “Libro de Daniel” encontramos el paradigma de los que será la fantasía central de la doctrina escatológica: El mundo Dominado por un poder maligno con capacidad de destrucción y los sufrimientos de las victimas hasta que suene la hora en la que los siervos de Dios puedan levantarse para destruirlo.
La edad moderna vino precedida de una fuerte dimensión escatológica, la Edad Media, debido a una literatura apocalíptica que junto con la imaginería del arte medieval mantuvo aterrorizada a una población que vio plasmarse todas las profecías en la realidad con catástrofes y calamidades, estos acontecimientos fueron interpretados como castigos infligidos por Dios debidos a los pecados del hombre. El miedo desato una autoconciencia de culpa y un victimismo en la psicología de las masas, algunos eclesiásticos se encargaron  de magnificarla.
Los miedos escatológicos se difundieron por la mentalidad colectiva debido a:
v  El discurso pastoral en los sermones dominicales de los párrocos.
v  Las predicaciones populares, típicas de la contrarreforma católica, que consistían en la visita periódica de cualificados predicadores a las ciudades para realizar una intensa catequización. Se hacía a base de inspirar temor a la población con la idea de un Dios vengativa  justiciero, atemorizando a la población con la condenación para lo cual se acompañaban de penitentes o pecadores confesos que expiaban sus culpa públicamente.
v  El teatro religioso desarrollo enormemente la idea del Anticristo y el Juicio Final.
v  La iconografía clásica, con sus referencias a un universo mágico y aterrador; en las representaciones artísticas en la arquitectura, estatuaria y pinturas aparecen ciertos temas con carácter recurrente, como, la resurrección de los muertos, el retorno de Cristo, la derrota del mal. La religiosidad popular necesitaba estas señales artísticas para entender mejor el discurso punitivo cristiano de modo que en esas representaciones plasmaron multitud de imágenes infernales y grotescas.
v  La imprenta y el grabado jugaron un papel importante hacia estos temas al editarse y reimprimirse en lenguaje vulgar una gran cantidad de libro relacionados con el tema, la misma Biblia traducida al alemán por Lutero tenía representaciones apocalípticas.
Toda esta mentalidad encontró un enorme eco en Europa, su cenit fue Alemania y demás países donde la reforma protestante estuvo presente. En cuanto a la cronología podemos distinguir distintas épocas según los siglos:
v  Finales del siglo XIV principios del XV, vendría explicada por la conjunción de la peste negra, el cisma de la iglesia, la guerra de los cien años y la toma de Bizancio. En esta época Savonarola es el máximo representante de predicador escatológico.
v  Siglo XVI, a parte de los problemas anteriores habría que añadir el mal ejemplo de la iglesia tanto en su cúspide como en sus estratos más bajos, como, son los papas corruptos Inocencio VIII y Alejandro VI o el bajo clero supersticioso, escandaloso y corrupto, ante esto Lutero exigió una reforma en la iglesia. Lutero en su formación teológica incremento las connotaciones escatológicas e incluyo en sus sermones el identificar al papa como el autentico Anticristo; El sucesor de Zwinglio escribió en 1558 “Cien Sermones sobre el Apocalipsis”.
v  En el siglo XVII la cultura barroca alimento esta tendencia a través de los sermonarios, que hacían vividas descripciones del cielo y del infierno; Boneta en 1689 escribió “Gritos del Purgatorio y Remedios para Acallarlos” fue un libro enormemente reeditado y leído en la época. En esta época van apareciendo los primero teóricos que ponen en entredicho algunas afirmaciones escatológicas.
v  En el siglo XVIII hay un notable retroceso de estos temas aunque algunos autores afirman haber encontrado sus huellas en el movimiento jansenista.

1.1                El milenarismo
La doctrina milenarista, está basada en la creencia de un reino intermedio entre la Creación y el Fin del Mundo que se materializaría en la tierra bajo el reinado de Dios durante mil años, periodo en que los hombres disfrutaría de su compañía en un estado de felicidad.
Esta doctrina religiosa proviene de “El Libro de la Revelación” según el cual Cristo vendría de nuevo a la tierra y resucitaría a los mártires cristianos, mil años antes de que se diera la resurrección total de todos los muertos y el Juicio Final, del Apocalipsis y de la literatura profética judía, habiendo surgido como profecía de un reino milenario en el siglo II, de la cultura herética de Montano, sacerdote de la diosa Cibeles convertido al cristianismo.
La idea del advenimiento del Mesías destilaba dosis de optimismo convirtiéndose en una utopía, pero se torno pesimista cuando los hombres de iglesia hicieron excesivo hincapié en las desgracias y catástrofes que precederían el establecimiento de dicho reino.
En términos sociológicos, se ha convertido en un vocablo que designa un tipo particular de movimiento de salvación que querido destruir el mundo conocido por medios violentos y que se ha dado periódicamente en la historia.
En la Edad Media la iglesia cristiana quiso desterrar de las conciencias la doctrina milenarista y lo intentaron Orígenes y San Agustin, pero a pesar de estos intentos se mantuvo muy arraiga en las clases sociales bajas. Según Cohn, en 1981 dijo “Los pobres no crearon su fe milenarista, sino que la recibieron de presuntos profetas y Mesías, muchos de ellos antiguos miembros de la baja clerecía, quienes a su vez, habían tomado sus ideas de las fuentes más cercanas.”
A finales del siglo XV aparecen los primero escritos describiendo los terrores del año mil, dando pie  la reaparición de la literatura apocalíptica que una vez más serán interpretadas en sentido escatológico con la obsesión del anticristo y la aniquilación total.
Además de los precedentes bajomedievales la crisis religiosa pre-luterana y la aparición del protestantismo encontraron un fermento de rebeldía y deseos de cambio que afloro sobre todo en el Sacro Imperio. El milenarismo alemán de principios del XVI organizado por grupos de campesino denominados bundschuh desato un levantamiento general entre 1513 y 1517, pero fue Thomas Müntzer y su Liga de los Elegidos quien provoco la guerra de los campesinos en 1525, como etapa preparatoria para la llegada de Cristo, necesitando el concurso católico y luterano para ser sofocado. Diez años más tarde el movimiento anabaptista intento transformar la ciudad de Münster en la Nueva Jerusalén.
1.2  El Fin del Mundo
El fin de mundo es el tema principal de la escatología, está presente en todas las religiones. El fin del mundo esta descrito en el himno “Dies Irae” que significaba la destrucción colectiva del mundo y la resurrección de los muertos, el retorno de Cristo a la tierra, el destierro del mal y la división de la humanidad entre condenados y salvados.
Un profundo pesimismo sobre el destino de los hombres, presuponía la idea de un Dios justiciero que desplegaría su venganza sobre la humanidad pecadora, esto vendría anunciado por hechos y pruebas terribles que causarían el espanto de la humanidad por medio de catástrofes, epidemias y fenómenos celestes.
1.3               El Juicio Final
El mito o alegoría del juicio final, pudo ser forjado a partir de dos textos:
v  Mateo 25, 31-46: “Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso.
Todas las naciones serán reunidas en su presencia, y él separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos, y pondrá a aquellas a su derecha y a estos a su izquierda.
Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: 'Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron;  desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver'.
 Los justos le responderán: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber?
 ¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos? 
¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?'. 
Y el Rey les responderá: 'Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo'. 
Luego dirá a los de su izquierda: 'Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus ángeles,  porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber;  estaba de paso, y no me alojaron; desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron'.  Estos, a su vez, le preguntarán: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de paso o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos socorrido?'. 
Y él les responderá: 'Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo'. 
Estos irán al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna".”
v  El Apocalipsis de Juan, en el Libro de la Vida y en el Libro de los Siete Sellos describe el juicio de las doce tribus de Israel, simbolizando el juicio universal de toda la humanidad.
La representación del mito se basa en la presencia de Dios y su tribunal en el centro de la escena, impartiendo justicia sobre los hombres, llevando a los salvados a su derecha y a su izquierda a los condenados.
Estas descripciones fueron plasmadas en las artes desde la pintura de Bosch hasta la capilla Sixtina de Miguel Ángel. En la Edad Media el mito de un juicio colectivo fue derivando en una idea más familiar hasta llegar en la edad moderna a un juicio particular. Creencia en la mentalidad del hombre de la edad Moderna que irradiaba un temor comparable al que despertaba el infierno.
Representa un punto fundamental en el cristianismo, tanto a nivel culto como desde el nivel de la religiosidad popular.
1.4              El Anticristo
Esta imagen no procede del Apocalipsis, sino de las Epístolas de Juan y del Libro de Daniel. Al Anticristo se le suponía humano o medio humano, luego se identificaría como el mismo demonio, en esto parece haber una cierta confusión entre los autores.
Según Arrighini en 1988, el Anticristo tenía esta serie de características, personificaba el mal, el poder destructor y subversivo. Se le atribuía una personalidad prodigiosa capaz de realizar los mayores portentos, dotado de una gran elocuencia, un alto poder de seducción y de liderazgo que le convertiría en un agitador de las masas, manipulador de la voluntad humana y un líder capaz de arrastrar a las masas.
Sobre su identidad se dieron varias versiones, algunos pensaban que era un filius diaboli, otros como San Jerónimo o San Cirilo de Alejandría dicen que nacería de gente pobre y esclavizada. San Juan de Damasceno y San Hipólito creían que era fruto de una relación incestuosa y sacrílega, otro opinaban que era hijo de un judío que lo había engendrado en su propia hija, o del resultado de los amores entre una prostituta y el mismo demonio.
Su aparición en la tierra siempre fue motivo de inquietud, en el Concilio de Letrán en 1516 se prohibió hablar más de él. Se desconocía el lugar y momento de su nacimiento aunque se le asociaba con el final de los tiempos. Se mostraría a los hombres realizando prodigios para confundirlos y dominar el mundo más fácilmente.
Hubo cábalas acerca de la fecha de su nacimiento, los astrólogos del siglo XV calcularon el año 1542, Nostradamus en sus famosas obras “Centurias y Presagios” anuncia la existencia de tres anticristos en la historia el ultimo nacido en 1999, en el siglo XVII como resultados de unas cábalas se fijo el año 1666 para su llegada, y en el curso de la revolución francesa; según Centini en 1996, ante la violencia desatada opinaban que el año 1789 era obra del anticristo.
Tras haberse fijado su perfil se identifico con varios personajes:
v  Con los brujos, magos y hechiceros
v  En la versión culta y eclesiástica se le identificó con el enemigo religioso, para Savonarola fue Lutero; Para Lutero y Calvino fueron los Papas de la iglesia
v  En la versión popular se identificaba con el enemigo, de modo que serian, turcos, judíos, gitanos y musulmanes.
1.5               Los Infiernos
Era el reino de Satán donde los condenados sufrían las penalidades eternas. Los confesores de la época reprobaban especialmente tres pecados:
v  Orgullo
v  Codicia
v  Impureza
Pero había una interminable lista que igualmente hacia merecedor de él. En la iconografía aparecía como la réplica de los lugares más desagradables, lúgubres y angustiosos que cabía imaginar. Las imágenes infernales llegan a su culminación en los siglos XV-XVI de la mano de Bosch, Fray Angélico, Van Eyck, Signorelli, Menling o los Bruegel.
Verard tuvo una gran influencia en la mentalidad gracias a su libro “El Arte de Bien Vivir y de Bien Morir” 1492, sus descripciones del infierno sirven para las representaciones pictóricas del mismo. Hace un inventario de los pecados y suplicios, por ejemplo, para los glotones comerían sus propios miembros  y animales inmundos.
El infierno tuvo siempre dos lecturas, una culta y otra popular. Minois distingue tres clases de infiernos:
v  El infierno popular, mezcla de elementos del folklore y del cristianismo, es un infierno caótico caracterizado por la existencia de suplicios.
v  El infierno teológico, construcción racional apoyada por las escrituras y la razón. Admite elementos populares interpretados de manera simbólica.
v  El infierno doctrinal, lugar de sufrimiento eterno, infunde un gran terror, los Místicos como Teresa de Ávila en el “Libro de mi Vida” dejaron abundantes imágenes de supuestas experiencias vividas en los infiernos.
Los líderes protestantes contribuyeron a la consolidación de los infiernos, Lutero y Calvino tenían pánico a lo infernal por lo que utilizaron el miedo de sus feligreses sobre la base del discurso que giraba alrededor de lo demoniaco y la condenación.
¿Dónde se hallaba?
Fue una de las preguntas más formuladas por los hombres de esta época. Hubo un importante debate sobre su localización, algunos teólogos se mostraban reacios a darle una ubicación, la mayoría lo situaba  en las profundidades  de la tierra. Alejo de Venegas en su libro “La Agonía del Transito de la Muerte” de 1537 y Vicente de Paul afirmaban que el infierno está en el centro de la tierra.
Su interiorización individual y colectiva se fue transformando con el tiempo, a comienzo del siglo XVI el infierno pareció desbordarse sobre la tierra según Minois a través de las convulsiones socio religiosas, las frecuentes guerras, los periodos de crisis económicas y demográficas y la creciente angustia personal por la amenaza de la condenación.
Rabelais intento desmitificar el infierno para así mitigar el temor que provocaba. Erasmo fue el que llevo más lejos este intento al afirmar que los tormentos infernales eran alegorías, pero provoco una alarma en la Sorbona y tuvo que rectificar sus planteamientos. Bodino en el “Coloquio de los Secretos Ocultos” parece poner en tela de juicio su existencia.
En el Siglo XVII aparece un nuevo infierno por las reformas protestantes y católica, el orden absolutista del estado se aplica al reino de Satanás. Junto a este infierno intelectual subsiste un infierno popular marcado por el discurso religioso que intenta mantener las creencias intactas.
En el siglo XVIII el infierno culto experimenta un cierto retroceso al lloverle criticas de todas partes por creyentes católicos y protestantes, incluso los ilustrados iniciaron un ataque sistemático contra él desde todas sus filas, se cuestionó la duración de las pena, la idea de que un Dios justo no podía mantener un castigo eternamente y después su existencia misma.

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