jueves, 10 de mayo de 2012

2. Hechicería, magia y artes adivinatorias



v  La magia es una forma de interpretación de la naturaleza pero también un intento de influir en ella; la magia mezcla elementos de la religión, de la ciencia y del imaginario. R. Kieckhefer define la Magia como “un cruce de caminos donde la religión converge con la ciencia”. Para B. Levack las actividades mágicas son todas “aquellas formas en que el ser humano domina o manipula fuerzas misteriosas, sobrenaturales o no.
v  La existencia humana acompañada de la realización de actos mágicos desde toda la historia. El hombre moderno en un clima de confusión ante los acontecimientos que vivía, solo podía aferrarse a Dios por medio de la religión, o imponer su dominio sobre la naturaleza a través de la ciencia y entre medias utilizar esta tercera vía.
v  Hay tres aproximaciones interpretativas: primero asociada al a ciencia por lo que en realidad la magia aparece como un pensamiento pre-científico; en segundo lugar asociada a la religión, interpretación religiosa, de intentar comprender lo inexplicable; y por último y tercer lugar desde un punto de vista sociológico. En este sentido es preciso tener en cuenta varios elementos: la personalidad, las creencias mágicas, los actos o rituales mágicos y la respuesta social ante ella.
La época medieval había conocido un enorme florecimiento de la magia como resultado de la conjunción de diversas tradiciones donde se mezclaban las creencias y experiencias mágicas de la cultura clásica, la tradición de los pueblos germanos, y las nociones que los cristianos medievales habían tomado a los musulmanes y judíos; fue una época dorada aparecieron muchas obras como la del libro de Salomón La clavícula. En el siglo XV aumentó muchísimo el número de procesos por esta razón, debido a varios motivos: 1. La sospecha de que la magia podría resultar diabólica. 2. La amplia adopción del procedimiento inquisitorial por parte de los tribunales seculares y eclesiásticos, sobre todo tras el movimiento de reforma, desde el Concilio de Constanza (1414-18). 3. El uso generalizado de la tortura. 4 El desarrollo del estereotipo de la bruja.
A comienzos de la edad moderna, seguirá siendo objeto de fascinación y de culto, por otro será objeto de persecución. Existían arios tipos de magia: magia natural y la magia demoníaca o magia negra. Había también una magia popular, practicada por amplios grupos sociales que nunca desaparecería completamente, sobre todo en los centros urbanos, donde la magia amatoria era todavía muy demandada.
Los intelectuales del Renacimiento al desarrollar las doctrinas platónicas o neoplatónicas, las herméticas y la cábala aportarán una concepción de la naturaleza teñida de magia. La cultura del Barroco propició un estado de ánimo muy proclive y permeable a la magia. Hasta el siglo XVIII no entraría definitivamente en crisis por el avance del pensamiento racionalista y el desarrollo científico. La magia popular decayó, por la acción combinada de la Reforma, el racionalismo y la revolución científica. Acabó siendo un recurso literario donde frecuentemente se denostaba tanto al mago como a sus experimentos y resultados.
El primer golpe le sobrevino de la iglesia medieval obsesionada por el demonio y después la Reforma de asestó otro ataque, al que se sumó la Contrarreforma. Los protestantes identificaron la magia con la superstición y restos de paganismo. En esa empresa dirigieron fuertes acusaciones al clero católico de prácticas mágicas esperando de Dios una determinada acción; según los protestantes la iglesia católica utilizaba poderes mágicos. Por su parte los católicos respondieron acusando a Lutero de ser obra del demonio. El índice de libros Prohibidos aprobado por Pío IV en 1564 prohibía los referentes a Geomancia, Piromancia, Onomancia y Nigromancia y todos los que trataran de adivinaciones, hechicerías, agüeros, pronósticos y encantamientos, así como los libros de astrología judiciaria, con excepción de los considerados útiles a la Navegación, la Agricultura y la Medicina; 1585 Bula papal “ Caeli et Terrae”.
La condena de la magia por la iglesia tuvo un rápido reflejo en el ordenamiento civil, prohibió legalmente la magia, en la legislación castellana desde 1500 – Capítulos para Corregidores- se encargó a las justicias averiguar, detener y castigar a todos aquellos que se dedican a estas artes.
La hechicería es similar a la magia, ambos requieren un aprendizaje determinado que da su fruto s en los maleficios. El mal de ojo se basaba en la creencia de que el mal podía realizarse a través de la mirada; jesuita Martín del Río en su famoso libro Disquisitionum Magicarum Libri Sex,, lo definía como un poder que deriva de un pacto con el diablo. La adivinación era una forma de hechicería; constituía delito era que se engañaba a los crédulos, aunque eran penas leves. Se Valían de objetos o fenómenos naturales como el vuelo de las aves, las entrañas de los animal, es el movimiento de los astros y planetas y otros fenómenos naturales. La quiromancia es la adivinación por las manos, la cartomancia por los naipes, la oniromancia por los sueños. La hechicería es un fenómeno propio del mundo urbano, mientras que la brujería lo fue del mundo rural. Hay que diferenciar entre magia y brujería, teniendo en cuenta el difícil equilibrio establecido entre las actividades de la maga y la bruja porque a la mínima, la primera podía incurrir en alguna cosa extraña que le hacía descender un escalón fatal para ella.
La nigromancia tiene muchos puntos en común con la brujería ya que los nigromantes adivinan cosas por la acción del diablo. El nigromante fuerza la voluntad del otro, pretende averiguar los secretos del pasado, del presente y del futuro y por eso interroga a los espíritus. Este personaje y sus poderes fueron ridiculizados por Ariosto en su comedia El nigromante.
La astrología natural, la judiciaria, y la alquimia son tres ramas del llamado ocultismo erudito. La alquimia ejerció una enorme fascinación entre los grupos sociales superiores, magia descansaba en principios aristotélicos y desde el Renacimiento se había desarrollado en una dirección sobrenatural.
2.1 Adivinas, hechiceras, magas, curanderas y demás personajes heterodoxos
En la época moderna la tajante afirmación de que solo el conocimiento trasmitido a través de las universidades era válido hizo que muchas gentes que hasta ahora había sido solicitada para ciertas prácticas, quedara desprestigiada. Aun así encontramos médicos o catedráticos que practicaban la magia: Paracelso, Cellini, Bacon. La obra de W. West Simboleography nos proporciona algunas curiosas definiciones de la época.
Los curanderos o sanadores se dedicaban a la curación de enfermedades por una gracia o don especial que poseían, según la acepción popular recogida en las obras clásicas. Sanadores conjugaban tres recursos para ejercer su oficio: la gracia innata, el empleo de ciertos y ritos y palabras, y por último la aplicación de ciertos remedios naturales. Los curanderos juegan con un factor a su favor: la creencia del paciente. Muchos adivinaban los males del paciente sin que éste le dijera nada, utilizando los ojos del enfermo. Partiendo de la idea ampliamente generalizada en la mentalidad popular de que las enfermedades están relacionadas directamente con el mal, el curandero haba de sus sesiones terapéuticas auténticas ceremonias cargada de símbolos y signos mágicos religiosos. En la monarquía española el morisco tenían fama de curanderos. A veces eran llamados santiguadores porque con la sola señal de la cruz pretendían conseguir el efecto deseado.
Conforme avance la misoginia en Europa se irá perfilando un nuevo estereotipo, el mago a lo culto, el nigromante, es un hombre, la hechicera, vieja pobre y fea que provoca maleficios es mujer.
El estereotipo corriente de una hechicera ajustaría al perfil siguiente: no tiene edad ni estado civil conocido, padece una enorme credulidad e ignorancia, en ocasiones sometida a una autoridad masculina si es mujer, tiene curiosidad por las cosas sobrenaturales y misteriosas, con una personalidad compleja, muy charlatana, casi siempre vieja y pobre, resentida, apasionada y muchas veces violenta. Las ensalmadoras cumplían una función muy útil a la sociedad, pero cayó sobre ellas la sospecha de haber causado la muerte de algún vecino por medio de magia. Las comadronas hasta el siglo XVIII fueron encargadas de asistir a las parturientas y también predecirían la acusación de infanticidio.
2.1.1LUGARES Y OBJETOS MÁGICOS
Son espacios sagrados, cruces de caminos, cuevas, cimas montañosas. La religión católica consideraba lugares mágicos todos aquellos donde supuestamente se había parecido la Virgen. En cuanto a los objetos mágicos destacaban sobre todo los amuletos y talismanes Como amuletos solían utilizarse tres clases de objetos: plantas, piedras, y parte del cuerpo de animales. Los talismanes son similares a los amuletos en sus propósitos y modo de empleo pero contiene además ciertas palabras o leyendas. En el mundo católico las reliquias de los santos funcionaban como amuletos de la suerte, siendo muy utilizados por todo el mundo, llegando a originar un enorme tráfico que reporto cuantiosas ganancias a la iglesia.
2.1.2 LAS ACTIVIDADES MÁGICAS
Todas las desgracias de aquella época se entendían a través de los maleficios, hechizo o sortilegios. Con ello se explicaban problemas naturales. El Manual de exorcista  de  lo define como “un acto malvado contra el cuerpo, realizado gracias al poder diablo en un pacto tácito o explicito que la bruja firma con él, al control de la naturaleza y a la ayuda de una persona que desea cumplir sus malos designios.
El acto mágico requiere dos partes el damnun minatum, malum secutum. Para su realización se necesitaba ungüentos, drogas y muñecos de cera. Para que salieran bien había que hacer un ritual determinado en el que se empleaban fórmulas orales de diversos tipos: invocaciones, plegarias, bendiciones, exorcismos. Muchos médicos practicaban hechizos, o al menos, acompañaban su trabajo con ritos de este tipo, basados en la cultura popular. Los remedios de los animales y los hechizos fueron utilizados para curar enfermedades que no se habían manifestado, los amuletos y talismanes estaban pensados con finalidades preventivas.
2.2 La magia amorosa
Más generalizadas, giraba alrededor de las artes amatorias. Levantaban obstáculos para evitar determinadas uniones o sentimiento amorosos como la llamada ligadura.
Caro Baroja cita numerosos ejemplos en zonas de Castilla durante los siglos XVI y XVII, el caso de la hechicera madrileña Antonia Acosta Mexía es casi paradigmático. Fue condenada como hechicera a abjurar de Levi, al destierro de Madrid durante seis años, a una multa de doscientos ducados y a ser expuesta a la vergüenza pública.
2.3 La magia erudita
               La cultura cortesana siempre se sintió atraída y fascinada por la magia; era corriente en los palacios de los monarcas. Estas personas, entre la que se encontraban intelectuales se dedicaron a practicar conjuntos, elaborar horóscopos, buscar la piedra filosofal y ocasionalmente fabricar pócimas de amor. Según algunos autores, realizaban una amplia y lucrativa práctica de consultas que amenazaba la influencia del clero sobre las gentes.
En la Italia renacentista la astrología hizo verdadero furor, el propio Guicicardini constata la popularidad y crédito de los astrólogos en la Italia de su tiempo. Todos los hijos de las familias distinguidas tenían su horóscopo desde el nacimiento. La reina Cristina de Suecia durante su estancia en Roma fundó la academia Areadia para discutir de astrología y alquimia.
En la monarquía española también hubo muchos astrólogos, la mayor parte precedente se la Corona de Aragón aunque también asociados a las minorías étnicas moriscas y gitana. Durante el reinado de Felipe III continuaron las publicaciones dedicadas a la astrología, solicitaba los servicios de algún astrologo reputado par a sus horóscopos.
Cuando Don Carlos, el hijo y heredero del monarca padeció una enfermedad tas una caída en 1562 que le produjo altísimas fiebres que nadie conseguía bajar, se llamó a un cirujano morisco llamado Pinderete que vivía en Valencia donde había hecho famoso por sus curaciones. Cuando nació Felipe IV, en su reinado se acusaría al Conde Duque de Olivares de haber hechizado al rey. La esterilidad de Carlos II dio pábulo a miles de comentarios que terminaron en el convencimiento de que había sido hechizado. Es un caso típico de utilización política de la ignorancia ya que este argumento fue esgrimido por las diferentes facciones cortesanas que terminaron acusando a su madre Doña Mariana de Austria y a su hombre de confianza, Valenzuela, de todas las desgracias reales.
También en Francia la Corte e los Valois aceptó gustosa la astrología y esta moda de mantendría después con los Borbones. En tiempos de Luis _XIII fue muy solicitado el médico y profesor de matemáticas Jean b. Morin, y en el entorno del rey sol todavía siguieron disfrutando de un gran prestigio.
2.4 Los sueños y la literatura profética
La oniromancia es el arte de la adivinación a través de los sueños, además de los sueños verdaderos, hubo una gran profusión de sueños fingidos, es decir, sueños inventados durante la vigilia pero que se presentaban ante lo demás como producto onírico, como si se tratara de un verdadero sueño. El segundo tipo de sueños aparece como un instrumento adecuado para ejercer la crítica social, puesto que el contenido de su sueño no había sido consciente. En este sentido, habría que distinguir entre los visionarios, pero que les resulta útil para ganar credibilidad en su entorno a base de explicar sus visiones sobrenaturales, y los autores de los sueños fingidos que recurren a este estilo literario para poder ofrecer alternativas desde una posición distanciada del objeto de su sueño.
En la monarquía española la crítica política adopto muchas veces esta modalidad discursiva y así encontramos el Somnium de Juan Maldonado. También fueron muy famosos en el reinado de Felipe II los sueños que tuvo la joven madrileña Lucrecia de León.

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